HISTORIAS Y CIUDADANÍA //// RUBÉN ROBERTO ROSSI.


"...Excelente persona, padre, esposo y amigo; muy familiero."



Así lo ha recordado en muchas ocasiones, su mujer Juana Sabatino. De nombre Micaela, pero que todos conocen por Juana. Según ella, Rubén siempre fue un afiliado y simpatizante socialista, que concebía la política, pero que no participaba de ella. Rubén, era hijo de Ángel Rossi, antiguo dirigente socialista de Zárate, quien llegara a ser uno de los primeros concejales del socialismo en las elecciones de 1932, luego de la proscripción de la dictadura de Uriburu. Tanto él como su padre, tenían la referencia de Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo.
En ese legado se crió y formó Rubén. Quien para 1976, tenía 51 años. Siempre muy trabajador y comerciante. Había nacido el 15 de marzo de 1926. Su libreta de enrolamiento manifestaba siete dígitos, denotando la generación  de la que formaba parte: 4.110.630.
Juana y Rubén, tuvieron dos hijas: Claudia y Liliana. Esta última, de mayor edad, quien comenzó a estudiar, trabajar. Comenzó sus primeros pasos en la militancia política a principios de la década de 1970. Fue en el Partido Revolucionario de los Trabajadores, al igual que el resto y la mayoría de jóvenes de Zárate que habían estudiado en los Colegios Industrial y Nacional.
Luego de haberse casado, Liliana se mudó a San Nicolás junto con su compañero, donde tiempo después fueron detenidos por la represión perpetrada en la región a partir de las movilizaciones de la huelga grande de Villa Constitución, conocida como “El Villazo”.
Al igual que a mucha gente en aquél entonces, Liliana y su compañero fueron falsamente acusados de crímenes y delitos que solamente escondían la persecución por su condición política y el trabajo que realizaban en los barrios obreros de San Nicolás, contribuyendo con tareas sociales y de formación sobre la población. Además de haber sido privados de su libertad, ambos fueron despojados de sus hijos casi bebés, los cuales el resto de la familia logró recuperar de las manos de los captores.

Esta brutal detención en un contexto de represión, fue un golpe muy grande para Rubén, quien sentía adoración especial por su hija tan joven. Según Juana, Ruben siempre preparaba su auto y sus enseres para ir a visitar a su hija todas las semanas al poco tiempo que se mudaron a San Nicolás. Liliana junto con su compañero estuvo en varias cárceles como presa política. En San Nicolás, La Plata, Olmos y después finalmente en el penal de Devoto, junto a muchas mujeres de Zárate y Campana.

Rubén, como no debía ser de otra manera, asumió muchísimo compromiso junto con otros padres y madres de jóvenes presos -tanto meses antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976 como luego durante la dictadura- en cuanto comenzar a peticionar, reclamar por la libertad de familiares y detenidos. Viajando juntos a cárceles y dependencias. Este compromiso y decisión por su hija, terminaría siendo muy caro para el resto de la familia. Juana, en su testimonio, recuerda:

“En 1976 mi marido fue secuestrado en su trabajo, una despensa ubicada en Lavalle y Ameghino de Zárate. Permaneció privado ilegalmente de su libertad alrededor de una semana. En esa  semana lo  busqué hasta que apareció tirado en la ruta 8. Lo tuvieron atado y vendado, cuando llegó a casa tenía marcas en las muñecas, muchos golpes, y le dolían las costillas. Él no sabía donde había estado pero por algunos indicios fue llevado a la Brigada de la Policía de la provincia de Buenos Aires en la localidad de Campana. Ocurre que allí, en los días en que lo buscaba, grité su nombre en ese lugar y él me escuchó. En ese tiempo ya estaban presos mi hija Liliana y mi yerno (…).”


“Cuando liberaron a mi esposo los integrantes del grupo de tareas le dijeron que al año lo volverían a buscar y así fue: Llegaron el 7 de Diciembre de 1977. Fueron aproximadamente a las 3 de la madrugada y golpearon violentamente la puerta. Estábamos  con  nuestra hija Claudia de 15 años y nuestros nietos. Vinieron disfrazados como para hacerse pasar por supuestos subversivos, con pelucas y capuchas. (Ello era un metodología empleada por el terrorismo de estado para ficcionar, ante la opinión pública, que los secuestros eran obra de aquellos que ellos llamaban “subversivos”). La patota llegó en un auto Fiat con 4 personas adentro. Afuera de la casa, el grupo de tareas era importante.- Iban por los techos, pero no estaban disfrazados. Cuando se lo llevan me dicen que no me  preocupe, que en unos días  volvería. A las 4 de  mañana hice la denuncia  en Zarate. No supimos nunca que mi esposo hubiese sido visto en  ningún Centro Clandestino de Detención.”

Copia del sumario y denuncia que la familia debió realizar por la desaparición de Rubén y del robo de su auto por parte de los secuestradores en la Comisaría de Zárate.

              Copia de uno de los proveídos del Juzgado Federal de San Nicolás, en los que el Dr. Milesi, permanentemente daba respuestas negativas a los Hábeas Corpus de Juana y de muchas víctimas, por el paradero de sus familiares.

Estos hechos, fueron denunciados ante la Comisión Nacional por la Desaparición de Personas, luego durante la democracia, donde hasta hoy, el caso de Rubén lleva el número 4790 en el Archivo Nacional de la Memoria. Y también mucho antes durante la dictadura. Incansablemente Juana presentó Hábeas Corpus e incluso denunció la misma madrugada del secuestro de Rubén en la Comisaría de Zárate, recibiendo rechazo y desprecio de los agentes de turno de aquél entonces. Ante el Juzgado Federal de San Nicolás, Juana presentó un Hábeas Corpus, bajo el Nº de expediente 17.441. La gran mayoría de estos expedientes, siempre eran archivados o preparalizados.

El terror, la negación y la ausencia del estado, transformó a Juana, como a miles de madres y familiares del país y el continente en el camino de búsqueda, de lucha y perseverancia por la aparición con vida de su marido y por la liberación de su hija.


Vista de la casa familiar. En la calle Agustín Álvarez (casi esquina Hipólito Yrigoyen) en Barrio Provincia y Municipio de Zárate. Donde Rubén fue secuestrado en Diciembre de 1977 por los grupos represivos de tareas.






Junto a otras madres y padres de Zárate, comenzaron a reunirse en iglesias de la localidad y a viajar a Buenos Aires para reclamar colectivamente por los desaparecidos.
Formó parte de las primeras madres que fundaron la Asociación Madres de Plaza de Mayo, en un principio con Azucena Villaflor de Vicenti y Hebe de Bonafini, después.

En mayo de 1978, en un comunicado oficial del Centro de Estudios Legales y Sociales, el nombre de Rubén fue denunciado en medios nacionales junto a otras víctimas desaparecidas del resto del país y de nuestra región. 

Junto a la madre Elisa Landín aquí en Zárate, para los años 1979 y 1980, Juana comenzó a replicar lo que hacían las madres de Buenos Aires, aquí en Zárate:

“Sí, yo me uno a un grupo de madres que se reunían en Plaza Mitre, todos los días jueves a las 15,30 hs.; al igual que las madres en Capital Federal. Pero fue un grupo reducido, estaban la Señora Báez, la Señora de Guerrero, Elisa Landín, la “Tota” González (junto sus dos nietos), Margarita González, la Señora de Ramírez y yo. A veces iba con mis nietos. También nos acompañaba Carlitos López (Concejal del Peronismo en aquella época). La marcha la lideraba Elisa Landín, que tenía una farmacia, donde hoy funciona el Plaza Café, en Justa Lima y Belgrano. Ella venía de San Martín, tenía desaparecido a sus hijos Y era Madre de Plaza de Mayo. Estas marchas duraron dos o tres años.”


De izquierda a derecha: Rubén, su joven hija Liliana, su esposa Juana y su entonces yerno, Raúl.

También recuerda la indiferencia y la apatía de la población entera: “En esos tiempos había mucho miedo, la gente no quería mostrarse, tenía miedo por las represalias, que les pasara algo a sus otros familiares. Era una época muy difícil, incluso, invitábamos a otros familiares pero no participaban, estaban aterrada la sociedad.”

Frente de la esquina -hoy modificada- en el cruce de las calles Lavalle y Ameghino (donde se encuentra el semáforo). En su actual planta baja, Rubén tenía su despensa almacén. De allí fue secuestrado por primera vez, poco tiempo antes del golpe militar. 





Hasta hoy, Rubén no ha aparecido y el Estado no ha constatado su paradero. Forma parte de las miles y miles de personas que fueron víctimas de los crímenes de desaparición forzada por su condición política y ciudadana durante la dictadura cívico-militar.

     








Portada de la revista Newsweek, donde Juana aparece junto a Hebe de Bonafini. En el marco de los Juicios a las Juntas Militares, iniciados en 1984.




La Cámara Federal de San Martín, actualmente, a través del caso Nº 397 en la Causa Nº 4012, conocida como “Causa Campo de Mayo”, ha resuelto desarrollar desde un tiempo considerable, una investigación calificada por los delitos de Violación de domicilio, Privación ilegal de la libertad y el Homicidio Agravado del ciudadano Rubén Roberto Rossi.
El 14 de Junio del año 2010, la Cámara decidió iniciar el procesamiento de los ex militares Santiago Omar Riveros y Benito Bignone por este y decenas de crímenes cometidos en la jurisdicción del Área 400 en Zárate y Campana, inserta en la Zona 4 del norte de la Provincia de Buenos Aires.


Juana, junto a Hebe de Bonafini. En una de las tantas vueltas a la pirámide de la Plaza, durante la dictadura militar.

Dante Alighieri -en "La Divina Comedia"- reservaba el séptimo círculo del infierno para los violentos: para todos aquellos que hicieran un daño a los demás mediante la fuerza. Y dentro de ese mismo recinto, sumergía en un río de sangre hirviente y nauseabunda a cierto género de condenados, así descriptos por el poeta: "Estos son los tiranos que vivieron de sangre y de rapiña. Aquí se lloran sus despiadadas faltas".
Me limitaré pues a fundamentar brevemente la humana conveniencia y necesidad del castigo. Sigo a Oliver Wondell Holmes, cuando afirma: "La ley amenaza con ciertos males si uno hace ciertas cosas. Si uno persiste en hacerlas, la ley debe infligir estos males con el objeto de que sus amenazas continúen siendo creídas".

"El castigo -que según ciertas interpretaciones no es más que venganza institucionaliza- se opone, de esta manera, a la venganza incontrolada. Si esta posición nos vale ser tenidos como pertinaces retribucionistas, asumiremos el riesgo de la seguridad de que no estamos solos en la búsqueda de la deseada ecuanimidad. Aun los juristas que más escépticos se muestran respecto de la justificación de la pena, pese a relativizar la finalidad retributiva, terminan por rendirse ante la realidad."
"Podemos afirmar entonces con Gunther Stratenwerth que aun cuando la función retributiva de la pena resulte dudosa, tácticamente no es sino una realidad: "La necesidad de retribución, en el caso de delitos conmovedores de la opinión pública, no podrá eliminarse sin más. Si estas necesidades no son satisfechas, es decir, si fracasa aunque sólo sea supuestamente la administración de la justicia penal, estaremos siempre ante la amenaza de la recaída en el derecho de propia mano o en la justicia de Lynch".
Fiscal Dr. Julio Strassera en el alegato del Juicio Oral a las Juntas Militares.
Junio de 1985




Desde ESPACIO PARA LA MEMORIA Z.Z.N, invitamos a todos los miembros de la comunidad a acercarnos información, documentos, fotografías y testimonios que nos permitan reconstruir la historia de Rubén, de su familia y sus compañeros y compañeras. Y contribuir en fortalecer la identidad y la historia para nuestra Democracia y nuestra búsqueda irrenunciable de la Verdad. 

Pueden escribir a:   espacioparalamemoriazarate@gmail.com

POR MEMORIA, VERDAD, JUSTICIA.
POR NUESTROS 30.000 DESAPARECIDOS Y ASESINADOS.
FUE TERRORISMO DE ESTADO (1974-1983).


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